Consorcio estadounidense Monsanto pierde la batalla por su maíz transgénico MON 810 en Alemania

Consorcio estadounidense Monsanto pierde la batalla por su maíz transgénico MON 810 en Alemania

El grupo perdió la demanda que había interpuesto ante el Gobierno alemán que prohibió el cultivo del cereal alegando daños en el medio ambiente.

El Tribunal Contencioso-Administrativo de Brunswick (centro de Alemania) ha decidido mantener el veto sobre el MON 810, el único maíz modificado genéticamente y autorizado en la Unión Europea (UE) desde 1998, después de que nuevos experimentos hayan indicado que podría resultar nocivo para personas y animales.

A mediados de abril, la ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, prohibió el cultivo de este maíz de la firma Monsanto -que en 2008 ocupó cerca de 3.600 hectáreas de los cultivos de Alemania-, amparándose en los daños que causa sobre un tipo concreto demariquita.
Según afirmó Aigner entonces, existían “pruebas suficientes de que el maíz del tipo MON 810 implica un deterioro del medio ambiente”, que afecta especialmente al ecosistema de mariposas, mariquitas y todo tipo de organismos marinos.

A pesar de que su decisión fue muy criticada por parte de algunos colegas de gabinete y correligionarios conservadores, fue bien recibida por los grupos y asociaciones ecologistas, que llevaban meses manifestándose, así como por los opositores de Los Verdes y del partido la Izquierda.

La empresa Monsanto aseguró de inmediato que “un sinnúmero de investigaciones científicas” probaban que el MON 810 es seguro para la salud humana y animal y para el medio ambiente.
El tribunal de Brunswick, que estaba pendiente de estudiar a fondo sus posibles efectos adversos en la ecología, explicó hoy que los nuevas investigaciones han concluido que el cereal produce una sustancia tóxica que resulta perjudicial, “no sólo para la mariquita, sino también para otros insectos”.

“Me alegro de que se haya confirmado mi opinión”, dijo hoy la ministra, cuya decisión ha sido respaldada mayoritariamente por la opinión pública, pues, según una encuesta del instituto demoscópico Emnid, un 78 por ciento de los alemanes es partidario de laprohibición del maíz, frente a un 16 por ciento que la rechaza.

Por su parte, la directora de la filial alemana de Monsanto, Ursula Lüttmer Uazane, calificó la decisión de Igner de “arbitraria y no basada en argumentos científicos convincentes”.
Monsanto insiste ahora en que tiene intención de adoptar nuevas medidas judiciales contra la decisión del tribunal. Una de las posibles vías que le quedan al gigante estadounidense es interponer un recurso ante el Tribunal Administrativo Superior de Luneburgo (norte de Alemania).

Tras su controvertida decisión con respecto al maíz, la ministra alemana de Agricultura autorizó la semana pasada el cultivo de una patata transgénica, la “Kartoffel Amflora” destinada a la fabricación de papel y otros productos pero no para consumo humano ni para piensos.

El Tiempo, 5 de mayo, 2009